Nos despedimos de Italia para entrar en Austria, nada menos que a la ciudad de Innsbruck, quedándonos completamente extasiados al recorrer paralelamente la cadena montañosa de los Alpes Dináricos saturados de nieve como si fuera pleno invierno, quedamos impresionados al ver las nevadas, fenómenos muy curiosos propios de los países que tienen las cuatro estaciones. Tuvimos la oportunidad de ir a uno de los parques de ski cercanos a la ciudad, donde practicamos este deporte con cierta habilidad, adquiriendo experiencia después de las consabidas caídas y golpes. Innsbruck es una ciudad de gente acogedora, amable y comunicativa, al caminar por esta pacífica ciudad conocimos parques, miradores cuyo acceso se da mediante funiculares donde se puede observar la belleza inigualable de estas montañas alpinas.
